Seguro que has visto miles de consejos que incorporar para dormir bien pero ¿sabes qué no debes hacer para poder dormirte más rápido? A veces nos enfocamos tanto en lo que podemos añadir a nuestra rutina, que nos olvidamos de que tal vez también sea necesario eliminar algunos hábitos que nos perjudican.
Por ejemplo, como tal vez ya sepas, no utilizar el móvil o cualquier pantalla electrónica unos minutos antes de ir a la cama es esencial para poder conciliar mejor el sueño. La luz azul afecta al ritmo circadiano, por lo que eso de ponerte en la cama a ver tu serie favorita en el ordenador puede que no te esté haciendo tanto favor como pensabas.
Sin embargo, esto no es lo único a evitar para poder caer rendido nada más pegar la cabeza a la almohada. De acuerdo con la psicóloga clínica Christina Pierpaoli Parker, existen 4 cosas que seguramente estás haciendo y que no deberías.
Qué no debes hacer para poder dormirte más rápido
Para empezar, la experta recomienda no irse a la cama cuando estemos cansados. ¿Cómo? ¿Pero no debería ser al revés? No, porque ella distingue entre estar cansado y estar adormilado. Seguro que después de un día de trabajo estás agotado, pero no significa que tengas que tener sueño precisamente.
Distinguir entre los dos te ayudará a saber cuándo exactamente ir a la cama y así no pasar dos horas dando vueltas. Si notas que se te cierran los ojos, que no aguantas con la cabeza recta en el sofá… Es hora de dormir.
Por otro lado, si estás en la cama despierto y no hay manera de descansar, no te quedes allí echado mirando el techo. Levántate y ve al salón o a cualquier otra habitación. Puedes leer algo, escuchar un poco de música (con los auriculares para no molestar a los vecinos, claro), tomar un vaso de leche caliente si te gusta, o un té relajante… Pasados unos minutos, cuando sientas que llega el sueño, vuelve a la habitación.
Lo importante es que el cuerpo elimine la asociación entre estar en la cama y estar despierto, porque eso es lo que suele ocurrir.
Además, es importante no obsesionarse con quedarse dormido rápido, es decir, si estás tumbado en tu cama y empiezas a pensar en dormirte, en qué hacer para poder conseguirlo, en por qué te cuesta tanto, etc. al final tu cabeza va a mil y nunca lograrás tu objetivo. La psicóloga aconseja mejor quedarse con los ojos abiertos e intentar permanecer despierto en lugar de lo contrario, el sueño llegará naturalmente y si no es así, puedes probar la técnica anterior.
Por último, no te lleves las preocupaciones a la cama. Es más fácil decirlo que hacerlo, está claro, pero lo que explica Pierpaoli Parker es que es mejor tener un momento del día más temprano en el que analizar los problemas que tengamos, pero una vez sea de noche y toque irse a dormir, no puedes pensar en nada más.